
Confort acústico en las aulas
El confort acústico del aula es un factor fundamental para desarrollar adecuadamente la actividad educativa. Un ambiente tranquilo y silencioso favorece el estado de calma, el proceso de aprendizaje, mejora la concentración y disminuye la conflictividad.
Aunque este es un tema ampliamente tratado en los centros de enseñanza, son muy pocos los centros que han tomado medidas al respecto. El estudio La seguridad integral en los centros de enseñanza obligatoria de España, realizado por la Fundación Mapfre, revela que el 60% de los centros educativos de España sufre contaminación acústica en sus aulas.
El exceso de ruido afecta al rendimiento escolar de los alumnos y alumnas, dificultando el proceso de atención y aprendizaje. Igualmente, como consecuencia del exceso de ruido, los docentes pueden sufrir agotamiento, estrés y problemas en la voz.
Principalmente, la contaminación acústica en los centros educativos se debe a tres factores:
- Reverberación. Una alta reverberación en el aula provoca que las señales orales se superpongan y el mensaje no llegue con claridad al receptor, por lo que los alumnos y profesores tienden a elevar la voz para ser oídos y esforzarse más para mantener la concentración. La alta reverberación es característica de espacios con techos altos y superficies lisas y duras, como metal, hormigón o vidrio.
- Ruido de fondo. Cuando el aislamiento acústico del aula es insuficiente, el ruido del exterior (calle, obras, tráfico, pistas deportivas,...) se superpone con los mensajes emitidos en el interior del aula, y enmascara la información que se desea transmitir. Esta situación provoca molestias y dificultades de concentración, tanto para el profesorado como para el alumnado.
- Inteligibilidad. Este factor hace referencia a la posibilidad de percibir con claridad las palabras emitidas. La inteligibilidad depende de los dos factores anteriores, por lo que si el ruido de fondo y el tiempo de reverberación del aula son elevados, la inteligibilidad del espacio será deficiente.
Las mejoras acústicas de gran calado, relativas a la insonorización de los espacios, se deben implementar en la totalidad del centro educativo. No obstante, existen numerosas medidas sencillas, de gran utilidad, que se pueden aplicar en el propio aula:
- Delimitar espacios en el suelo del aula con corcho, goma o alfombras.
- Disponer tablones de anuncios de corcho para exponer trabajos realizados en clase.
- Instalar paneles acústicos en los techos de las aulas con gran altura.
- Colgar paneles o figuras decorativas realizadas en corcho u otro material absorbente.
- Utilizar cortinas y elementos textiles.
- Colocar elementos antideslizantes en las patas de las sillas y las mesas.
- Poner fieltro o goma en la base y en el interior de las bandejas y cajas metálicas de material, con objeto de reducir el ruido que se produce al recoger los materiales.
- Realizar un mantenimiento periódico de las luminarias, la carpintería y el mobiliario: reparación de puertas, ventanas o cajones que suenan al abrirse.
- Emplear Semáforos de Ruido para concienciar al alumnado sobre niveles de ruido generados.