
Entornos de aprendizaje: los baños.
Como indica Adriana Piedad García Herrera, Doctora en Educación, en su artículo Una mirada al derecho a la educación, a través de los baños en las escuelas, publicado en la revista Diálogos sobre Educación, “los baños de las escuelas son “artículos” de primera necesidad y forman parte de los derechos de los niños a recibir educación y salud, que tendría que ser de calidad. [...] La rutina diaria en las escuelas incluye distintos espacios educativos, así como en los salones de clase, los patios escolares, la dirección o los anexos, los baños forman parte de un espacio en el cual se educa. Que el baño cumpla con las condiciones mínimas del servicio a los niños es un reto que todas las escuelas enfrentan, por la complejidad que implica mantener limpio y en buenas condiciones este espacio público y de uso frecuente para una amplia población escolar”.
Aprender a controlar y mantener la limpieza de los espacios y la higiene personal es parte integral de la formación y el crecimiento de los alumnos. Desde una perspectiva de salud, se trabaja la adquisición de buenos hábitos de higiene desde la infancia, y por ello es importante que las propias instalaciones de los centros educativos favorezcan y faciliten esas labores. Aunque esto se trabaja desde edades tempranas en el ámbito escolar, son muchos los alumnos que, a medida que van creciendo, evitan utilizar los baños escolares. Según el informe Higiene y Salud 2018-2019 elaborado por Tork, el 44% de los padres creen que sus hijos no usan los aseos del colegio por falta de higiene.
No solo se trata de falta de higiene. En muchas ocasiones, los baños escolares carecen de los elementos necesarios para su correcta utilización (papel higiénico, papeleras, jaboneras, espejo,...), lo que hace que los alumnos pierdan interés por utilizar estos espacios y, en la medida de lo posible, los eviten.
Numerosos artículos sitúan el temor al “vandalismo” como el motivo de la falta de higiene y la inexistencia de elementos higiénicos en los baños escolares. Por ello consideramos importante destacar la reflexión que realiza el docente Horacio Smidt: “pensemos que lo que les ofrecemos a los chicos, muestra fielmente lo que pensamos de ellos y el modo en que los consideramos”. ¿Cómo vamos a educar sobre la importancia de lavarse las manos si carecen de jabonera en los baños? ¿Cómo transmitimos la importancia de la higiene personal si no les ofrecemos papel higiénico o papeleras higiénicas? ¿Cómo les hacemos sentir responsables de mantener limpio y cuidado un espacio si de partida se lo ofrecemos roto y descuidado?
El baño, por tanto, debe ser una prolongación de los espacios de aprendizaje, un lugar donde los alumnos se sientan cómodos y puedan desarrollar aspectos tan importantes como la correcta higiene personal.